De la obsesión y del dejar ir...
El principal problema de los obsesivos no es el daño que hacen, sino la aparente calma que les produce el pensar que están haciendo lo correcto. Típicamente inventan en sus mentes juegos y fantasías de sucesos que nunca existieron y que por supuesto nunca podrán existir. Les aterroriza perder, aunque en el fondo no se dan cuenta de la pérdida de razón en la que se encuentran cuando se permiten toda clase de actos para justificar sus actos obsesivos.
En la mente de la persona obsesiva, todos deben de pagar lo que le han hecho y tienen derecho de cobrarle a cualquiera lo que unos u otros se hicieron o dejaron de hacer.
El obseso aterra a su propia imagen en el espejo, por ello difícilmente sostienen la profunda mirada de tristeza que el espejo les envía en las mañanas.
El obseso se dice lastimado, sin observar realmente todo lo que sus propias manos y almas han lastimado.
Huir del obseso... sin duda solamente existe una forma de estar en paz y a salvo del que es obsesivo... solamente no estando.
"No soy quien tu recuerdas, porque nunca estuve allí
No seré quien tu esperas, porque nunca llegaré a tí
No estaré con quien tu quieras, porque no haré lugar para ti
Sonríe ante la pena, goza ante la lágrima serena y espera...
Un día detrás de ti, me convertiré en todo eso que tu no toleras..."